Aquel jueves 19 del mes patrio del año 1985, nos tocó sentir en la Central de Abastos de la ciudad de México, la fuerza de la naturaleza, la energía divina, la que nadie puede predecir y que, todos, pueden sentir, la del sismo que se presentó en la capital del país, a las 7:19 horas de ese día, de magnitud 8.1.
Ayer, tres décadas y dos años distantes de ese hecho, volvimos a sentir la fuerza de la madre naturaleza, de otro, con intensidad de 7.1, números que, técnicamente se entienden, pero físicamente, se resienten en las zonas geográficas donde pega, donde sacude, donde tambalea edificios y los derrumba; donde en segundos, eternos segundos, deja estela de dolor, muerte, víctimas, damnificados y sobrevivientes.
En el 85, fue un jueves; en este año, un martes. Entonces, como ayer, hoy, innata, la respuesta de la sociedad civil, su solidaridad, con los mexicanos en situación de desgracia, los que resienten la tragedia que, ¡nadie!, ningún científico de la UNAM, de la NASA o de cualquier otro centro de estudios avanzados en nuestro país y en el planeta, puede anunciar con anticipación.
Consternación que, se presentó, casual, coincidente, el mismo día en la capital del país.
Entonces, en el gobierno de Miguel de la Madrid, se habló oficialmente, de más de 3 mil víctimas; ayer, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, antes de medianoche, se hablaba de más de 150 víctimas, entre infantes, hombres y mujeres adultos.
Víctimas en la ciudad de México, Guerrero, Puebla, Morelos y Estado de México, las entidades donde la sagrada madre naturaleza, causó dolor, tragedia, inesperada; dolor de impotencia, cuando los medios electrónicos, reportan sobrevivientes en centro escolar, el cual, colapsó, pero bajo sus escombros, algunos infantes, desde celular, envían mensajes por WhatsApp, a sus familiares, hecho dramático que, a los mexicanos, nos estremece, consterna y conmueve.
Tragedia escolar en el colegio “Enrique Rébsamen”, en Coapa –División del Norte y Calzada de “Las Brujas”, delegación Coyoacán-, lugar donde la desesperación, impotencia, envuelve a voluntarios, por ganar tiempo a la tragedia, a la vida de infantes, para su rescate, para salvarlos como lo demandan en sus mensajes de aquella red social.
Ayer, martes negro para el país, para los 5 estados donde el sismo de magnitud 7.1, dejó tragedia, víctimas y dolor, como aquel jueves del 19 de septiembre del 85, cuando el país, apenas entraba al desarrollo tecnológico. Hoy, afortunadamente, infantes escolares atrapados por consecuencias del sismo, utilizan tecnología para salvar su vida.
Hoy, con redes sociales, inmediata respuesta civil y de la clase política gobernante.
Además, de la cultura en materia sísmica que, desde el 85, desarrolló el país, el sismo, atenuó la tragedia, porque la comunicación móvil, movilizó ayuda voluntaria y gubernamental, de protección civil y de auxilio médico.
Conmovió observar que en la solidaridad de los mexicanos para otros mexicanos, no importaron estratos sociales, porque la ayuda, se presentó de todos los niveles de la sociedad civil, la cual, se manifestó en los lugares de la tragedia, con una cubeta, bote de plástico; un pico, una pala, carretilla; con ayuda voluntaria en los puestos de socorro; o apoyo con alimentos y agua.
Desde el Presidente de la República, el secretario de Gobernación; el jefe de gobierno capitalino y gobernadores del Estado de México, Morelos, Puebla y Guerrero, hasta el ciudadano más modesto, reaccionaron como lo mandatan sus obligaciones y solidaridad voluntaria.
Tras la tragedia del sismo del 7 de este mes –con una intensidad de 8.2-, de hace 13 días, el titular del Poder Ejecutivo, decretó tres días de luto, el cual repitió, ayer -con intensidad de 7.1- y vuelve a enlutar hogares, familias, centros escolares, con su inesperada presencia telúrica.
Esta vez, dejamos de comentar sucesos políticos en nuestro país, porque la contingencia, solidaridad por la tragedia, amerita. Sólo queda estar al lado de nuestros connacionales, como buenos mexicanos, como parte de la sociedad civil que, una vez más, rebasó a la autoridad política de los tres niveles de gobierno.
Niveles de gobierno que, hay que decirlo, reaccionaron por la experiencia del sismo de hace 32 años; el del 7 del mes en curso, el de intensidad 8.2, cuando ayer, a las 7:19 horas, en el Zócalo capitalino, recordaron la tragedia del 85. Sucesos trágicos que, sólo derivan en una frase: ¡México, está de pie!, por la solidaridad de su gente, de la sociedad que se volcó de manera voluntaria, a auxiliar a otros mexicanos. ¡Vaya!
CIUDAD DE MÉXICO, ZONA DE DESASTRE; LLANTO, DOLOR, DAMNIFICADOS, VÍCTIMAS…
Es el cuadro que el país, la República, observó y escuchó, a través de medios electrónicos; imágenes que motivaron a la reflexión, a la solidaridad y, reiteramos, a la impotencia de ser pequeños, ante la devastación que sólo propicia la naturaleza.
Derrumbes en casas, edificios, centros escolares, religiosos; movilización ciudadana, civil que, se apoyó con la ayuda gubernamental, del Ejército, la Marina; la Policía Federal, capitalina, y los voluntarios de la Cruz Roja Mexicana.
La tragedia, en el colegio “Enrique Rébsamen”, donde la impotencia de no ser “súper héroe”, cala, duele, lastima; impotencia de enterarse, de saber, la muerte de menores y profesores. Impotencia de no ver en funcionamiento, esa pesada maquinaria, grúas que, en la noche, por la ciudad de México, trasladan enormes trabes, “ballenas”, a construcciones emblemáticas capitalinas, como los segundos pisos de Periférico Sur.
Cientos de capitalinos, voluntarios, “topos” o no, acudieron a donde el sismo de magnitud 7.1, propició colapso; derrumbes que se llevaron vidas, patrimonio de años; hogares que no volverán a ser habitables; derrumbes de esperanzas para damnificados.
Agua, oxígeno, oraciones, maquinaria pesada, medicinas, se exigían, necesarias, para enfrentar la crisis que sólo ocasiona la fuerza de la naturaleza.
Otra vez, las imágenes del 85, se repitieron. Esta vez, esa amarga experiencia, sirvió para paliar la tragedia, para encarar el reto que volvió a ofrecer la madre naturaleza.
Lamentable, perder vidas infantiles y adultas, en el colegio de Coapa; alumnos y maestros que, acudieron a recibir y dar instrucción, sin conocer lo que ayer, deparaba el destino, la naturaleza, impredecible.
Martes negro que, enluta a la nación, a los mexicanos y, en especial, a capitalinos.
Capítulo en la vida del país, en el que solidaridad y apoyo de la sociedad civil, volvió a revivir, como hace 32 años, como hace 13 días, en parte del sureste mexicano.
¡Estamos unidos, mexicanos!
EN EL CHACALEO.
Antes de la medianoche, se supo que la Cámara de Senadores, suspendía sesión ordinaria a la que citó para hoy, a las 11:00 horas, luego que legisladores tuvieron descanso por las fiestas patrias. En San Lázaro, este miércoles -luego de revisar estructura de las instalaciones-, deciden si cancelan sesión a la que convocan mañana… ¿Cuántos actores políticos del país, sin partidizar ayuda, lo harán con damnificados?… juanlopez23@hotmail.com… www.los3poderes.com… twitter: @JuanLopezMiguel…