El mismo día, con horas de diferencia, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, ejercieron el poder político que tienen en el país y en el Movimiento de Regeneración Nacional, para respaldar presunta victoria de Miguel Ángel Riquelme Solís, como candidato del PRI al gobierno de Coahuila y de Claudia Sheinbaum, como abanderada de Morena al gobierno capitalino, en la elección del 1 de julio del 2018.
El pasado jueves, el primer priísta de la nación y titular del Poder Ejecutivo, “madrugó” a la clase política del país, cuando se difundió que en la residencia oficial de “Los Pinos”, recibió a su correligionario, quien contendió en las elecciones del pasado 4 de junio, en la tierra natal de los Moreira y donde el PAN abrigaba esperanzas de gobernar.
Y como una imagen dice más que mil palabras o mejor dicho, más que mil recursos de queja en los tribunales electorales de México, los Anaya y los Moreira, se enteraron de la foto que se tomaron con saludo fraternal, Enrique Peña Nieto y el señor Riquelme Solís; ambos, con leve sonrisa, casi obligada, por repercusiones que tendría en el PAN, festejar esa reunión, a carcajada abierta.
Como fondo el escudo nacional y la bandera nacional, esa reunión, significó sólo una cosa: la derrota de los Anaya en Coahuila y la victoria político-electoral de los Moreira, quienes esta vez, desde el centro del país, los salva la campana y evitan posibilidad que un panista llegue a relevar a Rubén Moreira en el gobierno coahuilense y el peligro que ello significaría para los que por más de una década, saquearon finanzas de la entidad.
Ricardo Anaya Cortés y Guillermo Anaya Llamas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y ex candidato de este partido al gobierno de aquella entidad, respectivamente, se quedaron en el camino, con sus recursos de queja que presentaron en los que acusan rebase de tope de campaña del priísta, por más de 600 mil pesos, cifra que detectó la comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral, cuyo dictamen, aprobó en esos términos, el Consejo General del órgano electivo.
Para no repetir el error de Colima, esta ocasión, más contundente, el Presidente de la República, llamó a “Los Pinos”, a Miguel Ángel Riquelme, y de esa manera, sellaron el capítulo Coahuila, para que de ahora en adelante, el priísta que presuntamente ganó la elección del pasado 4 de junio, aliste su gabinete y sólo esperar la toma de posesión como gobernador constitucional, el primero de diciembre próximo, un año antes que su tutor, Enrique Peña Nieto, entregue el poder.
Con ello, se determina lo que tanto preguntamos en este espacio y sólo queda confirmar que por la elección del caso Coahuila, los que ganaron fueron los Moreira y los perdedores, fueron los Anaya. ¿O el Trife, hará quedar mal al Presidente de la República, y resolverá que en Coahuila, procede segunda vuelta electoral? ¡No! ¿Verdad?
Aquel jueves 24 del mes –que no olvidarán los Anaya en el PAN y Ricardo Monreal-, por la noche, la clase política del país, estaba en estado de expectación para conocer el nombre del candidato de Morena, al gobierno de la ciudad de México que, en la República, es la segunda plaza política más importante, porque es la sede de Los Tres Poderes y la capital del país.
Por sondeo que hasta el momento nadie conoce su metodología y por una red social, se conoció que la agraciada fue la actual delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo; fue la noche más pesada para su adversario en el proceso interno, el responsable de la demarcación en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, cuya pesadilla posterior, apenas inicia, pues ni él sabe el camino a seguir, de los muchos que, resentidos, le aconsejan.
Obvio que, antes de filtrarse quién ganó la encuesta que Morena aplicó en la ciudad de México, para decidir quién de entre Martí Batres, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum –el cuarto, el senador Mario Delgado Carrillo, sólo entró de relleno a la lista-, era el candidato, el que “palomeó” a la finalista, fue el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, porque así lo dictan reglas no escritas de la política “a la mexicana”.
De esa manera, el político de Tabasco y el líder del grupo Atlacomulco, Enrique Peña Nieto, ejercieron el amplio poder que tienen -el constitucional, el de primer priísta y el de ser mandamás de un partido como lo es Morena-, para dirimir asuntos pendientes en sus respectivos partidos o donde éstos, contendieron o alistan contender por un cargo de elección popular.
¡Ojalá! sea para el auténtico progreso y desarrollo de Coahuila y de la ciudad de México.
RICARDO MONREAL, ¿CANDIDATO DEL PRD? ¿RENUNCIA A MORENA? ¿DEJA A AMLO?
Al ex gobernador de Zacatecas y actual delegado en Cuauhtémoc, lo conocimos cuando aspiraba a gobernar su estado natal, cuando el poder zedillista, se opuso a que él, fuera el candidato del PRI. Entonces, era diputado federal; una noche, abandonaba las instalaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Tuvimos oportunidad en aquella época, de enterarnos por él mismo, que iba en esos momentos a una reunión a “Los Pinos”, a cita con el primer priísta del país de aquel sexenio; noche en la cual, saldría de la residencia oficial, con la candidatura o con el veto del PRI, al gobierno de Zacatecas. La historia, ya se conoce.
Otra noche, la del pasado jueves 24 del mes, aquel capítulo zedillista, en su trayectoria, lo revivió el señor Ricardo Monreal Ávila, al frente de la delegación Cuauhtémoc, en sus aspiraciones para ir por otra candidatura, la de la jefatura del gobierno capitalino, pero en lugar de Ernesto Zedillo, se le atravesó Andrés Manuel López Obrador.
Y se queda en el camino para ese cargo de elección popular, esta ocasión, con la representación de Morena, partido por el que llegó a la delegación capitalina, desde el cual, escándalos de abuso de poder y corrupción, lo persiguieron, además de la “sana cercanía” que, se comenta, tuvo con Miguel Ángel Mancera, a quien pretendía relevar.
Buen orador en tribuna, polemista, conocedor de leyes, de amplio bagaje, otra vez, la coyuntura política, la adversidad partidista, lo pueden orillar a abandonar Morena e ir por la candidatura que tanto anhela para el 2018, pero desde otro partido.
Escenario que vivió, cuando lo vetó Ernesto Zedillo por la candidatura del PRI en Zacatecas, lo que lo hicieron buscar alternativas políticas y de esa manera, llegar a gobernador de su estado natal, con el apoyo del PRD.
Hoy, el escenario se le vuelve a presentar al delegado en Cuauhtémoc, quien está resentido, dolido, menospreciado, por no obtener la candidatura de Morena para el gobierno capitalino en la elección del primer domingo de julio del 2018.
Otra vez, la decisión de retornar al redil perredista y desde esa plataforma político-electoral, lanzar su candidatura para la campaña del próximo año, y retar al dueño de Morena, a quien como Zedillo, virtualmente, lo vetó por esa postulación: Amlo.
Extraño que, tras esos capítulos en su trayectoria política, Monreal Ávila, mantenga indisciplina, y situación de rebeldía con Morena y su máximo dirigente, porque él, como otros actores políticos del PRI-PAN-PRD, conoce reglas no escritas de política “a la mexicana”, las cuales, aconsejan prudencia, paciencia, resistencia e insistencia, cuando persiguen una candidatura y no señales de resentimiento, como demuestra la conducta del zacatecano, luego de perder sondeo ante Claudia Sheinbaum.
¡Claro!, hasta que le aseguren coordinación parlamentaria de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, emitiría señales contrarias y todos felices y contentos.
Porque ni modos que vaya a un escaño en la LXIV Legislatura, bajo las órdenes de un jefe de bancada como Martí Batres, ¿verdad que no?
¿O qué camino seguirá Monreal? ¿Regresar al PRI? ¿Al PRD? ¿Negociar con Amlo coordinación del Senado? ¿Encabezar Frente Opositor PAN-PRD en la capital del país?
Incertidumbre que, esperamos, le pongan fin los protagonistas del caso: Monreal-Amlo.
EN EL CHACALEO.
Señalamos, reiteramos, en este espacio que, en política, nada es casual ni coincidencia, por lo que no sorprendió observar que después de clausura de la Asamblea Nacional del PRI -el 12 del mes-, en el domo de río Churubusco, los 4 personajes que fueron últimos en dejar el lugar, fueron: José Antonio Meade Kuribreña, Aurelio Nuño Mayer, José Narro Robles y Enrique de la Madrid Cordero; son priístas que de hoy a final del sexenio, estarán de moda y sólo uno de ellos, o un militante del PRI, será el candidato de ese partido a la Presidencia de la República… Pero antes que el finalista de la candidatura, reciba señal del Tlatoani, los 4 y el militante partidista, tendrán pasarela de plenarias en la bancada tricolor, en la LXIII Legislatura, de esta semana… ¿A poco fue casualidad o coincidencia que el ex vocero del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, el señor Otto Granados Roldán, llegue a la secretaría de Educación Pública, como Subsecretario de Planeación, Evaluación y Coordinación, bajo las órdenes de un presidenciable como Aurelio Nuño Mayer? ¿Granados, es la señal que buscan priístas? ¿Sí?… juanlopez23@hotmail.com… www.los3poderes.com… twitter: @JuanLopezMiguel…