Un día después de controversial visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos, los panistas, reaccionaron, como los mexicanos que, en este país, sí tienen sentido común, aunque algunos lo duden: en la reunión con Donald Trump, no abordaron asuntos que atañen relación bilateral, los cuales, laceran a la población de ambas naciones.
Encuentro entre ambos mandatarios, fue de “elogios mutuos y se quedó sin tocar la realidad sobre el muro que divide a ambas naciones, migración, medio ambiente, tráfico de armas y de drogas, que son los temas torales en la relación bilateral”, acusa el dirigente, Marko Antonio Cortés Mendoza.
Acusa que el principal error del presidente López Obrador, en la efímera vista de trabajo que hizo a los Estados Unidos, “fue no haberse reunido con los demócratas, cuyo voto, fue crucial para la aprobación del Tratado comercial con Estados Unidos y Canadá”.
Sin ambages, el presidente del CEN del PAN, critica:
“La visita se queda como un evento electoral, un acto de campaña, a favor del presidente de Estados Unidos y no en una verdadera visita de Estado. El Congreso de ese país, es fundamental en la relación bilateral y, por tanto, hubo una omisión diplomática, importante, al no reunirse con la representación demócrata”.
Marko Cortes resalta que el PAN, está a favor del libre comercio, inversión y creación de empleos que implica el T-Mec, sobre todo, en estos momentos tan difíciles para la economía mexicana, “pero eso no implica dejar de lado los errores y omisiones durante la visita” de López Obrador a Washington.
Además, el presidente de México, tiene deuda pendiente con las organizaciones de migrantes en Estados Unidos, porque no se reunió con ellos, no obstante que nuestros “héroes anónimos”, enfrentan duras políticas, como la cancelación del programa para “dreamers” o la separación de familias. Los migrantes, resalta el dirigente del PAN, “tienen el derecho a ser escuchados y apoyados por su Presidente, de modo que esa es otra de las omisiones de la visita”.
En crítica propositiva de temas que no abordó López Obrador con su homólogo estadounidense, Cortés Mendoza señala el de los efectos del “deterioro del Estado de derecho en México y su impacto en el comercio internacional, que inició con la cancelación del nuevo aeropuerto de la ciudad de México; la cervecería de Mexicali, cancelación de los contratos petroleros y los contratos en materia de energías limpias”.
Como tampoco, insiste, desahogaron en la agenda bilateral, programas comunes de medio ambiente ni el de la necesidad de frenar trasiego de armas hacia México y de drogas hacia Estados Unidos, “que es la fuente más importante de la violencia que provoca la delincuencia organizada en territorio mexicano”.
Puyante, el panista, fustiga:
“Mucho menos, hubo dignidad ni reclamo alguno por las expresiones y declaraciones del entonces candidato y, hoy, Presidente de Estados Unidos en contra de las y los mexicanos”.
Tiene razón el dirigente nacional del PAN, el presidente López Obrador, fue omiso en los temas que señala, de mutuo interés para ambos países.
Empero, cuidadoso, cauto, con diplomacia, López Obrador, habló con el tono de amistad que existe entre su gobierno y el que encabeza Trump.
No hubo discrepancias en mensajes que expresaron ante los medios de comunicación ambos mandatarios, pero sí hubo omisiones de Andrés Manuel López Obrador, como esos asuntos que señala el PAN.
Días antes de esa visita de trabajo, el político de Tabasco, insistió en que el tema principal era el T-Mec, y así lo hizo. No fue a provocar ni a reprochar nada al magnate republicano, cuya reelección, esta distante de ser a la que buscó Bill Clinton o Barack Obama, los demócratas que crearon en su país, un establishment que llegó a quebrantar la candidatura del señor Trump.
Apartarse de esa línea de trabajo que se propuso López Obrador durante su estadía en la Casa Blanca, sería suicida para él y su gobierno, máxime, cuando el periodo electoral en Estados Unidos, se resuelve en primeros días de noviembre próximo y su amigo, Trump, va por la reelección.
Es de imaginar, si la relación cordial entre México y la poderosa nación, se empaña, por la inoportuna, retórica reclamante de un mandatario mexicano, sobre todo, cuando su amigo, es candidato presidencial.
Que los estrategas electorales del republicano, de inmediato, utilizaron la presencia del presidente de México, para mandar propaganda subliminal al voto latino o mexicano en Estados Unidos, se esperaba. Ni modo que López Orador, fuera a la Casa Blanca, para contribuir al desplome de la ansiada reelección que pretende su amigo, el magnate republicano.
Habrá tiempo, de abordar agenda bilateral, real, urgente para ambos países, si el candidato republicano, recibe el apoyo de los estadounidenses, para otro periodo de cuatro años.
En caso contrario, el político de Tabasco, sabrá a quién manda como cabildero en Washington, para que le tienda puente de conciliación con los demócratas, que no será Marcelo Luis Ebrard Casaubón, porque al delfín de Manuel Camacho Solís -qepd-, bien que lo ubican los demócratas, cual visitante frecuente a la Casa Blanca y, por consecuencia, de “sana cercanía”, a los proyectos y ambiciones del actual presidente de los Estados Unidos.
Lo que sí calienta a los mexicanos que tienen sentido común, aunque algunos lo duden, es que López Obrador, crítico de la “mafia del poder”, los hizo miembros de la comitiva mexicana y, la verdad, no sabemos quién utilizó a quién, en su ambición, avaricia y codicia, por conservar el poder u obtener más del que ya tienen, en lo político y económico.
Solo Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, saben el papel que jugaron en el reciente encuentro que tuvieron en la Casa Blanca; de igual manera, empresarios de ambos países, saben a qué jugaron, si a engañar a Trumpo o fortalecerlo para su reelección, porque salvo López Obrador, que termina en el 2024 su gobierno, Trump, ignora si ganará la reelección.
Los clásicos juegos del poder, donde se mezclan, ambición, avaricia y codicia, económica y política, en el que los empresarios, no son ajenos.
Por lo pronto, únicos perdedores fueron los demócratas, que resintieron, como denotó Joe Biden, en su red social, menosprecio de López Obrador.
¡Cuidado!
EN EL CHACALEO
¿Quién iba decir que el delfín de Beatriz Paredes Rangel, el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, terminaría con orden de aprehensión y lo que venga después, con su trayectoria política? Ambos, se conocieron en el sector campesino del PRI… Hacemos votos porque otro actor político que impulsó la señora Paredes, en su trayectoria pública partidista, el senador Jorge Caros Ramírez Marín, no termine como el priista de Chihuahua… El legislador yucateco, era quien atendía en la ciudad de Mérida, la visita de su tutora política, cuando ésta, viajaba a esa ciudad, para escuchar, “la bohemia meridiana”… Para la coordinación parlamentaria de la raquítica bancada tricolor en el Senado, la tlaxcalteca, buscó el cargo; o mínimo, para su delfín yucateco. Empero, se impuso la autoridad partidista superior y se decidió por el actual jefe de la fracción parlamentaria, cual previo pacto… Ramírez Marín, buscó esa responsabilidad, y como premio de consolación, lo mandan como vicepresidente de la mesa directiva que, hoy, preside Mónica Fernández Balboa… ¡Ah!… la política… www.los3poderes.com… juanlopez23@hotmail.com… Twitter: @JuanLopezMiguel…