Otra vez, sorprende el discurso político de un general secretario de la Defensa, como el que ofreció el día de ayer, Salvador Cienfuegos Zepeda, durante la ceremonia del “CII aniversario de la Marcha de la Lealtad”, ante el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; el titular de Marina, Francisco Soberón y representantes del Poder Legislativo, en el “Museo Nacional de Historia” del Castillo de Chapultepec.
Como el que pronunció en ceremonia similar, en los primeros 71 días del sexenio peñista, cuando pasaron desapercibidas sus palabras, pero que en este espacio y en ese entonces -10 de febrero del 2013-, resaltamos; fue un mensaje, que poco se acostumbra lo haga, el titular de una dependencia, como la Secretaría de la Defensa Nacional, el cual, paso de noche para muchos actores políticos de este país.
Un día después de esa fecha, rescatamos lo valioso que en términos políticos denotó, la intervención que hizo el militar que despacha en Lomas de Sotelo, quien cuestionó lealtad de la clase política del país, sin mencionar nombres, pero cuyo retrato hablado, percibimos; aquí, anotamos varios, entre ellos, el de la maestra Elba Esther Gordillo.
Días después, la lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación –SNTE-, recibió orden de aprehensión y las consecuencias para ella y el sindicato que presidió, ya son historia. El general Cienfuegos, hizo la advertencia. Ayer, hizo otra, al acusar nuevamente, sin precisar destinatario o destinatarios, pero que fácil se localizan e identifican, en el contexto político-económico-social, por el que atraviesa la República.
-“Hay quienes quisieran distanciarnos del pueblo. ¡Imposible!, somos uno y lo mismo”, acusó y aseguró el titular de la Defensa, al sustentar que “basta ver el rostro, la piel, el pensamiento y el corazón de cada soldado, para ver que somos pueblo, que somos México, igual que el resto de la patria”.
Otra vez, como en los primeros meses del sexenio, el general, acusó; fueron 12 palabras, que se escucharon bien en la ciudad de México y en dirigencias de partido; en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, donde acontecen hechos que horrorizan al país; hechos que sirven para que unos vivales, arropados por los partidos políticos, hagan de las suyas; trágicos hechos, que sirven para que otros, abanderen movimientos “en defensa” de libertades, que bajo el poder de los que se corrompieron, derivó en libertinaje.
Tiene razón el general Cienfuegos Zepeda, al refrendar ante su Comandante Supremo, Enrique Peña Nieto, lealtad que la patria, la democracia y las instituciones republicanas requieren, para continuar con honor y con esa virtud, servir como escoltas de México.
Más, cuando el titular de la Defensa, admite que somos una gran nación, que nuestro país es único y todos somos mexicanos y ofrece que es momento de levantar el ánimo, de superar desafíos; de liberar el potencial de México, de fortalecer el estado de derecho; y de solicitar “acompañar a nuestras instituciones en su quehacer diario, de dar respuesta a las demandas de la sociedad en su conjunto y de nuestros conciudadanos, en lo particular, siempre en el marco de la ley”. Cabe la pregunta:
¿Quiénes son los que quieren distanciar a las Fuerzas Armadas del pueblo? ¿Aquellos que no quieren que se haga valer el estado de derecho en Guerrero, Michoacán o Tamaulipas? ¿Los partidos políticos que lucran con los trágicos hechos de Ayotzinapa?
“SIMPLEMENTE SE ES LEAL O NO SE ES LEAL”, ACOTA EL GENERAL SECRETARIO.
Acciones de lealtad, como las que acompañaron a Francisco I. Madero -del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional en 1913-, son ejemplos que ayer evocó en su mensaje el secretario de la Defensa; lealtad, ponderó, que distingue “a los leales, de los traidores” y que en el sector castrense, dijo, se ejerce, a cabalidad, diario, como valor de los soldados del país y que no dudó en definirla como “valor universal de civiles y de militares”.
-“La verdadera lealtad, siempre es perpetua, absoluta y total; pongámoslo en claro, es un concepto íntimo, además de voluntario; se tiene o se carece de él, más allá de lo que nosotros mismos podemos aportar o restar”, estableció el general.
En esa virtud, expuso ante su Comandante Supremo y representantes del Poder Legislativo -del PRD: el diputado Silvano Aureoles y el senador Luis Miguel Barbosa- no hay progresividad, ni regresividad; ni gradualidad, ni mucho menos eventualidad; no se es a veces, sí, y a veces, no; no es en ocasiones, mucho y, en otras, menos.
-“Simplemente se es leal. O no se es leal”, definió el general Cienfuegos, en 9 palabras, que son a la vez, el texto de un telegrama, con destinatario para todo aquel actor político del país, que orbita en el ámbito de Los Tres Poderes de la Unión, y en el privado; porque no fue casualidad que en su mensaje, resaltara que el valor de ser leal, “es el honor que puede aconsejarnos cuando el camino hacia la lealtad es incierto”.
O que expresara ante invitados especiales, como el jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Angel Mancera; el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, secretario de Marina, y miembros del gabinete legal y ampliado, que “las mujeres y hombres, de verdad honorables, luchan por su honor en casi todos los momentos de su vida”.
Sustentó: legalidad, lealtad, patriotismo, cumplimento del deber, respeto a personas, también es cuestión de honor y porque “no se puede entender la lealtad sin honor”.
-“Para quienes tenemos el orgullo y privilegio de ser parte integrante de las Fuerzas Armadas, la lealtad con honor, es cumplir con devoción nuestras responsabilidades, es entrega absoluta, sin condiciones y es disposición permanente en las mejores causas”, afirmó el general funcionario, al rendir virtual “parte de novedad”, con el que ejercen esa característica, en el sector castrense:
Distribuyen alimentos en las zonas más apartadas del país, rescatan a afectados por calamidades de la naturaleza, ejercen labor social en lugares vulnerable y necesitados, promueven valores cívicos entre la juventud y niñez y contribuyen con otras instancias, para la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos. Enseguida, la forma de su mensaje, como el de hace dos años, cuando perfiló lo que vendría para un miembro del sistema político mexicano, como la maestra Elba Esther Gordillo:
-“La marcha de la lealtad, nos enseña que nadie puede estar por encima de la ley y nos muestra que ante acciones contra las instituciones, siempre habremos mexicanos leales y de honor, dispuestos a resguardarla y hacerla respetar”. Y el epílogo de su mensaje.
-“Para las Fuerzas Armadas de la nación, no existen corrientes ni ideologías que nos perturben y separen del ideario de honor que hemos cultivado, honor que con lealtad y sin desmayo, profesamos a México”. Ni falta hace conocer qué partido y quiénes, fueron los destinatarios de estas sabias palabras, que hoy, cobran vigencia, cuando unos vivales, capitalizan y se hacen víctimas de hechos trágicos, los cuales, reiteramos, en su momento solaparan y encumbraron a los autores intelectuales. ¿O no?
EN EL CHACALEO.
En la ceremonia de la Marcha de la Lealtad del 2013, sí acudió el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan N. Silva Meza. En la de ayer -inició luego del mediodía-, no acudió el nuevo presidente de la Corte, Luis María Aguilar Morales, quien prefirió presidir la sesión pública ordinaria -comenzó a las 11:25 y terminó a las 12:45 horas-; luego, encabezar sesión privada que realizaron los 10 ministros… ¿Enfrentamiento SCJN-Fuerzas Armadas? ¿O sana distancia entre la SCJN y el Poder Ejecutivo? Lo que sea, pero ayer, en esa ceremonia, no estuvieron Los Tres Poderes de la Unión… ¿O ya hubo reconciliación entre los ministros y el Presidente, con el convivio de ayer, en Palacio Nacional?… (www.los3poderes.com)… (juanlopez23@hotmail.com)…