50 años después de aquel movimiento estudiantil, ese vergonzoso capítulo de la historia nacional, se llevó a la tribuna de la Cámara de Diputados, ¡en sesión solemne!, en el ocaso del último gobierno del PRI en la República; sin la mayoría priísta en el Poder Legislativo, que pudiera impedir subir ese tema, al Orden del Día, para posicionarse por cada grupo parlamentario.
De manera formal, legal, sin prisas, con acuerdo cameral, los 8 partidos políticos con representación en una de las Cámaras, hicieron uso de la tribuna de San Lázaro, para expresar su postura en el aniversario número 50 de ese trágico episodio en nuestro país, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, quien antes de dejar el cargo, en la misma tribuna que ayer lo increparon, el político de Puebla, asumió toda la responsabilidad.
Con esa autonomía, autoridades legislativas, invitaron en el recinto de representantes populares, al rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue Wiechers y al director general del Instituto Politécnico Nacional, Mario Alberto Rodríguez Casas, en cuyos centros escolares, el agravio del Estado y la fuerza pública en aquel año, fue reprobable.
No fue casual entonces que, con esa conciencia agraviada, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, apenas soltara saludos de cortesía en su mensaje inicial, de inmediato, puntualizará aquel trágico suceso:
-“El movimiento del 68 fue un grito de rebeldía en contra del autoritarismo y la represión de un Estado insensible a los vientos de cambio que soplaban ya en diversas partes del mundo. Fue también una lucha por el derecho de disentir y por la libertad de expresión, por el respeto a nuestras instituciones educativas y por el deseo de transformar a nuestras sociedad”.
¡Claro está!, admitió, que hace 50 años, éstas, no eran precisamente las peticiones que se enarbolaban. “y esas aspiraciones de aquel entonces, eran democracia, justicia y libertad”.
-“Desde entonces, esas voces han resonado en nuestra sociedad, sacudiendo conciencias e invitando a los mexicanos a tener una participación activa en las decisiones que se tomen”, resaltó y comparó que la LXIV Legislatura y las recientes manifestaciones de los universitarios, “tienen también esa esencia”.
-“La juventud de hoy quiere seguridad y esperanza; requiere expresarse y ser escuchada. Así hay que entenderlo y así hay que actuar en consecuencia. De ahí, en buena medida, también la importancia que hoy se conmemore en estos muros al Movimiento del 68”, observó.
El rector de la UNAM, no omitió ponderar que en el 68, los mexicanos se enfrentaron con un aparato de Estado “indiferente e incrédulo en la juventud; infundioso y autoritario, que creía ver en las genuinas manifestaciones estudiantiles las maquinaciones de una conspiración internacional encaminada a derrocar al régimen establecido”.
-“Por lo menos, yo quiero imaginar que esa fue la razón principal por la que el Estado se dedicó en forma sistemática a intentar acallar el movimiento a través de la negación, la represión y la sinrazón”. En alusión al contexto político de ese movimiento -el de la sucesión presidencial-, el rector Graue, añadió:
-“Tampoco dudo ni por un momento que intenciones de grupos de poder; o en búsqueda de él, hayan aprovechado o aprovechen circunstancias de conflicto para escalarlas, persiguiendo ocultas y obscuras intenciones. Si ese fue el caso en aquel entonces, no por eso demerita lo genuino, lo espontáneo, el auténtico del movimiento estudiantil de 1968”.
-“Hace 50 años, a los jóvenes nos tocó presenciar, con perplejidad y temor, cómo el Ejército ocupaba nuestras escuelas y sitios de reunión. Eran días en donde reinaban la zozobra y el desconcierto; el Estado no sabía qué hacer con las instituciones de educación superior y nosotros no sabíamos qué hacer con la presencia militar en las calles; y en nuestras instalaciones, solo podíamos indignarnos y protestar”, evocó Enrique Graue, ante el pleno de los diputados.
Luego, llegó al punto culminante de su mensaje, al agravio que permea en la historia nacional:
-“Hoy, hace 50 años, a las 6 y 10 de la tarde, en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, sucedió una masacre, cruel e inexplicable, que es difícil describir”. De esa manera, el responsable de la UNAM, evocó ayer, esencia de la tragedia que cumplió medio centenario.
-“Al día siguiente, todo era silencio; poco, escandalosamente poco, se redactaba en los medios de comunicación. La atrocidad había sido minimizada y las escasas imágenes que circulaban de lo acontecido en la Plaza apenas existían en algunos medios de comunicación. Y las observamos como dolorosas, oprobiosas y lacerantes”. Elocuente, la parte final del mensaje que dio el rector:
-“A 50 años de aquel entonces, bien lo decía Félix Hernández Gamundi, no estamos exentos de crímenes abominables que no han tenido explicación satisfactoria. Y también sabemos que vivimos inmersos en una sociedad con mayor violencia e inseguridad. Nos seguimos sintiendo indefensos ante ello. Pero hoy también, con esas palabras que se inscriben en sus muros, se reconoce por esta Cámara que algo se ha logrado y que mucho más debemos alcanzar”.
Tiene razón el rector de la UNAM, el 2 de octubre, no se olvida. ¡Nunca!
FÉLIX HERNÁNDEZ: DESPUÉS DEL 68, EL DETERIORO DEL RÉGIMEN DOMINANTE.
Otro orador en la sesión solmene que realizó la Cámara de Diputados con motivo del 50 aniversario del movimiento estudiantil, fue el representante del “Comité 68”, quien con la juventud en su corazón, habló desde la tribuna de San Lázaro: con el coraje, agravio e impotencia de sentir, resentir la fuerza bruta del Estado, contra un movimiento juvenil.
-“Hoy, 2 de octubre del 2018, con la mirada puesta hacia el futuro, estamos reunidos para conmemorar el movimiento de masas más brillante, trascendente y generoso de los últimos tiempos; también estamos aquí para seguir reclamando justicia por los crímenes que el Estado asestó en el corazón de la juventud mexicana y que hoy, 50 años después, sigue impune”, evocó y exigió el activista estudiantil.
Con ese antecedente y los sucesos que hoy, padece la nación, Félix Hernández Gamundi, revivió heridas, cuando acusó:
-“La herida que corroe el alma y la memoria y una generación entera, conmueve a la sociedad, porque esa herida está abierta y sigue sangrando. A pesar de todos nuestros esfuerzos, las víctimas de la violencia del Estado se siguen sumando, los padres lloran a sus hijos y la patria, se llena de vergüenza y horror”.
De esa manera, el representante del comité estudiantil del 68, añadió, sin ambages:
-“Hoy, exigimos la presentación con vida de los 43 jóvenes de Ayotzinapa y castigo a los agresores. Nos sumamos al ímpetu de los jóvenes que luchan contra el porrismo y claman por el fin de los juvenicidios en México”.
-“Estamos conscientes de que nuestro reclamo de justicia contra el crimen de esa humanidad marca un hito en la historia, pues fue posible avanzar hacia el reconocimiento de que los crímenes de Estado, no prescriben”, afirmó, al acusar que Gustavo Díaz Ordaz y “el entonces jefe político de México, Luis Echeverría”, aplastaron, sin miramientos, con el uso de la violencia, el movimiento social de la protesta.
Luego, el reclamo de la incertidumbre, de la impotencia, de lo que ellos, vivieron:
-“A 50 años, no sabemos con certeza el número de víctimas fatales provocadas por las balas del Ejército. Sabemos que hay familias que reclaman a sus hijos y parientes y miles fuimos detenidos arbitrariamente, torturados y sometidos a procesos penales simulados, sin acusadores, sin testigos, sin pruebas, pero también sin derecho a la defensa”.
Hernández Gamundi, dejó en claro que las demandas del 68 siguen vigentes y se expresan en un anhelo por un nuevo proyecto de país, una forma distintas de gobernar sin autoritarismos, con un manejo soberano de los recursos nacionales y un modelo económico, científico, tecnológico y educativo que garanticen el desarrollo nacional independiente.
Valoró al pleno, sesión solmene para conmemorar el 50 aniversario del Movimiento Estudiantil Popular del 68, y colocar en el Muro de Honor del recinto, su nombre, el día que en todo el país, se recuerda la tragedia de Tlatelolco.
Desde la tribuna, el representante del movimiento del 68, exigió reapertura de los procesos en contra de los genocidas de 1968, 1971 y la guerra sucia; presentar con vida a los 43 jóvenes de Ayotzinapa y castigo a los culpables; restablecer Fiscalía especial para investigar delitos del pasado, con avances que ya lograron; apertura de los archivos de la secretaría de la Defensa Nacional, “que contienen todos los datos de la actuación militar en diversos actos genocidas, empezando con Tlatelolco en 1968”; justicia para todos los logros sociales agraviados y no más víctimas de violencia del Estado.
También exigió, lo que en esta columna criticamos y resaltamos: la reforma al Poder Judicial, para romper impunidad y frenar corrupción “y a los signos que degradan la vida política nacional”.
Inédita, sesión solemne en San Lázaro, para conmemorar los 50 años de la tragedia del 68, cuando el Estado, avasalló protestas estudiantiles, cuyas víctimas se ignoran.
¡Caray!
EN EL CHACALEO.
Hace 50 años, Porfirio Muñoz Ledo, era un connotado priísta, defensor de la autoridad del presidente Gustavo Díaz Ordaz, en el movimiento estudiantil… Hoy, la coyuntura político-electoral, le permite presidir la mesa directiva de la Cámara de Diputados, bajo las siglas de Morena… ¡Claro! que más vale tarde que nunca y desde ese cargo, el brillante político, facilitó todo lo que a su alcance tiene en San Lázaro, para la sesión solemne que ayer se realizó, con motivo de los primeros 50 años del movimiento estudiantil del 68… Quizá porque es director de una institución dependiente del gobierno federal, y carece de autonomía total, entendemos postura poco crítica que ayer hizo en su mensaje con ese mismo motivo -desde la tribuna de la sede de avenida Congreso de la Unión, número 66-, el responsable del Instituto Politécnico Nacional, Mario Alberto Rodríguez Casas… De hecho, el mensaje del director del IPN fue como si el funcionario estuviera en un evento de la secretaría de Educación Pública… ¡Ah!, eso sí, en el inicio de su discurso, cumplió con el protocolo de cortesía y al primero que hizo salutación, fue al diputado Porfirio Muñoz Ledo… En cambio, el rector de la máxima casa de Estudios, Enrique Graue Wiechers, espetó desde la tribuna un “muy buenos días tengan todas y todos ustedes” y sin mencionar el nombre de Muñoz Ledo, se dirigió al legislador, así: “señor presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados”… Más sincero, sin falsos protocolos, Félix Hernández Gamundi, representante del “Comité del 68”, inició así, su mensaje: “muchas gracias. Buenas tardes. Honorable Cámara de Diputados de la LXIV Legislatura Federal; entrañables camaradas de lucha, distinguidos invitados especiales, señora y señores…”. ¡La voz del pueblo!… Durante la sesión solemne, se inscribió en letras de otro, en el Muro de Honor del salón de sesiones de la Cámara de Diputados, la leyenda “Al Movimiento Estudiantil de 1968”… La develación, estuvo a cargo de los 8 coordinadores de bancada… Por parte del “Comité del 68”, acudieron a la sesión, Mario Álvaro Cartagena López, Ernesto Araiza Cervantes, Mirtocleya González Gallardo, Amapola Grijalva Vega, Carlos González Arriaga, Alejandro Álvarez Béjar, Humberto Campos, Emilio Reza, Adriana Corona, Marcia Gutiérrez, Salvador Martínez Della Rocca y Félix Goded… El 2 de octubre, no se olvida… twitter: @JuanLopezMiguel… www.los3poderes.com… juanlopez23@hotmail.com…